Ingredientes:
300grs de mantequilla ablandada
1 taza de azúcar
2 huevos
2 tazas de harina
Preparación:
Para comenzar el paso a paso de ésta receta, lo primero que tenemos que decidir es si vamos a utilizar una batidora para batir todos nuestros ingredientes, o si vamos a utilizar simplemente nuestras manos. Sin duda una batidora nos facilitaría muchísimo el trabajo si lo que se busca es un resultado más rápido, aunque si prefieres una preparación algo más tradicional, tan solo necesitas un generoso bowl y una buena espátula.
Bate primero la mantequilla con la azúcar y los huevos hasta que se logre una consistencia sólida, y algo pastosa. Luego de que lleguemos al punto deseado en nuestra mezcla, ya podemos incorporar lentamente las tazas de harina, de manera paulatina.
En caso de que la consistencia se torne demasiado espesa, para aguar un poco la mezcla, también es posible incorporar algo de agua o un poco de leche a la masa para diluir un poco los ingredientes.
Después de que llegamos al punto deseado, tendremos que ensuciar nuestras manos, olvidarnos de la delicadeza y ¡comenzar a amasar sin temor alguno! Es necesario tratar la preparación con mucha perspicacia y constancia para que la masa quede de la forma que deseamos. Amasa y espolvorea hasta que quede una masa fácil de manipular y ¡listo!
Ya podemos pasar a utilizar el rodillo. Estira una buena cantidad de masa sobre una mesa (previamente espolvoreada claro), y con el pico de una botella marca todas las galletas que quieras. Puedes cortarlas ya directamente con el pico de la botella, o hacerlo con un cuchillo después de marcarlas. ¿Luego? Con algún lápiz o tenedor coloca cuatro puntitos en el medio de cada una de ellas.
¡Ya tenemos nuestros pequeños botones! Solo resta colocarlos en una asadera previamente engrasada, y mandarlos a un horno moderado.
¿El resultado? Magníficas galletas con forma de botones, y con el delicioso sabor que solo la clásica receta de galletas de mantequilla puede aportar. Mmm... ideales para disfrutar en un pequeño descanso con amigos, y básicamente infalibles a la hora del té o la merienda.
-